lunes, 20 de septiembre de 2010

Clase Nº 6 . Reseñas

Reseña: Javier C.

TODOROV, Tzventan 2000 “La memoria amenazada”, Los Abusos de la memoria, Barcelona, Paidos, pp. 11-60.
Para leer el archivo hacer clic en el link y seguir los pasos:
http://www.4shared.com/document/s52Txeja/resea-javier-cuberos.html


RESEÑA: Norman y Alice

TODOROV, Tzventan 2000 “La memoria amenazada”, Los Abusos de la memoria, Barcelona, Paidos, pp. 11-60.
Para leer el archivo hacer clic en el link y seguir los pasos:
http://www.4shared.com/document/suTIb-KA/resea-alice-y-norman.html

RESEÑA: Sonia B.
JELIN, Elizabeth 2002a “Introducción”, “La memoria en el mundo contemporáneo”, “¿De qué hablamos cuando hablamos de memorias?” en Los trabajos de la memoria, pp. 1-38, Siglo XXI. Madrid.

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http://www.4shared.com/file/Qc6r47q4/resea-jelin-sonia-vergara.html

RESEÑA:
Luján.
MÉNDEZ, Silvia 2005 “El carácter sociocomunicativo de la memoria: Una aproximación a la obra de Maurice Halbwachs”, en: Cuadernos críticos de comunicación y cultura, Nro. 1, pp.63-71.
Para leer el archivo hacer clic en el link y seguir los pasos:
http://www.4shared.com/document/nioB3YcO/resea-mendez-lujan.html

Propuesta de trabajo:
  1. Leer las reseñas.
  2. Para abrir el debate online, hacer preguntas o comentarios abajo donde dice comentarios (está en color naranja).

8 comentarios:

  1. En esta clase nos proponemos trabajar sobre el concepto de “memoria(s)”.

    La reseña de Javier Cuberos propone problematizar las concepciones de Todorov en relación a la memoria en Argentina. Eso nos permite plantear que en nuestro país memoria es "memoria de la dictadura".
    Por otra parte, la reseña de Alice y Norman que presenta el “debate francés” nos lleva a preguntarnos ¿cuál es ese debate en Argentina? ¿cómo podemos restituirlo? Para esto tendríamos que recabar tanto las leyes y los juicios como las conmemoraciones, la inclusión en el calendario nacional del 24 de marzo, las formas conmemorativas del repudio vs. los festejos… Además podríamos observar que, a diferencia del caso francés, en Argentina es impensable que se legisle el buen uso de la historia y la memoria, prescribir los modos de la protesta y la conmemoración.
    La comparación de esos casos nacionales nos permitiría observar matrices en el modo de procesar el pasado, en las modalidades de relacionamiento, y en las formas de la luchas por los sentidos de distintos grupos (académicos, políticos, sociales…).
    ¿Cómo persiste y actúa el “ideal igualitario” (presente en el “juicio y castigo”: la misma ley y los mismos derechos para todas las personas)?, ¿las memorias del 24 de marzo consisten en una memoria ejemplar?
    Esta cuestión nos posibilita también relacionarlo con el tema de la clase pasada: la identidad nacional. Aunque tendemos a generalizar nuestros sentidos comunes (producidos como “comunes” porque compartimos esa experiencia y producción nacional), al contrastar la reseña de Javier con la de Alice y Norman, vemos que “la nación” es algo producido como tal y que está presente como marco de determinadas memorias (sobre dictaduras y genocidios de unas naciones sobre otras o al interior de ellas: excluyendo a ciertos sectores como parte de la propia nación). También está presente como marco de “los investigadores”: presentamos la memoria y el debate de “nuestro país”. En este sentido creo que ambas reseñas ayudan a “desnaturalizar” y “problematizar” estos temas: ¿porqué son nuestros?, ¿el caso argentino es más nuestro que el francés? (Alice y Norman realizarán la pregunta al revés!), ¿el genocidio de la última dictadura es más nuestro que el genocidio judío o armenio?
    Por otra parte: ¿es el "deber de la memoria" o "de la historia" el que estará presente en las respuestas a las preguntas anteriores? ¿primará la particularidad y la historia de la identidad o la primacía de los datos y la universalidad (como vimos con Hobsbawm en la clase anterior)?
    {Estas últimas preguntas también podremos hacérselas a “nuestros registros de observación” !! }

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  2. En esta clase nos proponemos trabajar sobre el concepto de “memoria(s)”.

    La reseña de Javier Cuberos propone problematizar las concepciones de Todorov en relación a la memoria en Argentina. Eso nos permite plantear que en nuestro país memoria es memoria de la dictadura.
    Por otra parte, la reseña de Alice y Norman que presenta el “debate francés” nos lleva a preguntarnos ¿cuál es ese debate en Argentina? ¿cómo podemos restituirlo? Para esto tendríamos que recabar tanto las leyes y los juicios como las conmemoraciones, la inclusión en el calendario nacional del 24 de marzo, las formas conmemorativas del repudio vs. los festejos… Además podríamos observar que, a diferencia del caso francés, en Argentina es impensable que se legisle el buen uso de la historia y la memoria, prescribir los modos de la protesta y la conmemoración.
    La comparación de esos casos nacionales nos permitiría observar matrices en el modo de procesar el pasado, en las modalidades de relacionamiento, y en las formas de la luchas por los sentidos de distintos grupos (académicos, políticos, sociales…).
    ¿Cómo persiste y actúa el “ideal igualitario” (presente en el “juicio y castigo”: la misma ley y los mismos derechos para todas las personas)?, ¿las memorias del 24 de marzo consisten en una memoria ejemplar?

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  3. Esta cuestión nos posibilita también relacionarlo con el tema de la clase pasada: la identidad nacional. Aunque tendemos a generalizar nuestros sentidos comunes (producidos como “comunes” porque compartimos esa experiencia y producción nacional), al contrastar las reseñas de Javier y de Alice y Norman, vemos que “la nación” es algo producido como tal y que está presente como marco de determinadas memorias (sobre dictaduras y genocidios de unas naciones sobre otras o al interior de ellas: excluyendo a ciertos sectores como parte de la propia nación). También está presente como marco de “los investigadores”: presentamos la memoria y el debate de “nuestro país”. En este sentido creo que ambas reseñas ayudan a “desnaturalizar” y “problematizar” estos temas: ¿porqué son nuestros?, ¿el caso argentino es más nuestro que el francés?, ¿el genocidio de la última dictadura es más nuestro que el genocidio judío o armenio?
    Por otra parte: ¿es el deber de la memoria o de la historia el que estará presente en las respuestas a las preguntas anteriores? ¿primará la particularidad y la historia de la identidad o la primacía de los datos y la universalidad (como vimos con Hobsbawm en la clase 5)?
    {Estas últimas preguntas también podremos hacérselas a “nuestros registros de observación” !!}

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  4. Realmente estos textos nos invitan a pensar en los modos de apropiarnos de nuestro pasado como sociedad y como individuos, siempre descando el caracter de proceso de construccion constante que ello implica. El texto de Todorov me parece interesante para pensar el uso que se le da a los crimenes de lesa humanidad cometidos en la ultima dictadura militar en nuestro país. Si bien es necesario esclarecer ese pasado nefasto y encontrar y condenar a los responsables, considero que el manejo politico dado a ese tema en los ultimos años no permite hacer, retomando a Todorov, un uso ejemlar de dicho pasado, es decir no nos permmite usar esa memoria para anlizar el presente. Centradonos en la condena o no de los directivos de los Herrera de Noble (causa en la cual los considera mas que culpables de haber "adoptado" hijos de "desaparecidos"), olvidamos otros crimenes/desapariciones que suceden hoy en dia, por ejemplo el caso de julio lopez o la trata de mujeres/niñas para la prostitucion.
    En este sentido creo que estamos ante un caso en el que se produce, retomando a Mendez, "una economia general del pasado que responde a las necesidades del presente", dado el enfrentamiento politico entre el grupo Clarin y el gobierno kirchnerista. La actual memoria colectiva construida sobre dicho periodo de nuestra historia se entiende al analizar el complejo juego de poderes desde la cual surge, que actores tienen los recursos para imponer una determinada "historia oficial". No es un datos menor que el enfrentamiento sea entre el Estado, que siguiendo a Bourdieu tiene el monopolio de la violencia simbolica lo cual se ejemplifica en las leyes que nos comentan nuestros compañeros franceses, y un poderoso grupo multimedios sabiendo el poder que tienen estos para la configuracion no solo de las memorias, sino tambien de las identidades.

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  5. Por otro lado disiento con Mendez en su visión (si es que no la malinterprete) del rol objetivo del historiador, quien procede yuxstaponiendo hechos y construye un relato abstracto y universal.A mi criterio, no existe la objetividad en ningun tipo de ciencia social, siempre analizamos fenomenos desde una perspectiva particular, no podemos liberarlos completamente de nuestras prenociones. Lo importante es ser conscientes de nuestra perpectiva y dejarla en claro para que quienes retomen nuestros analisis pueden entender quien habla, desde que lugar, bajo que criterios.

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  6. Uno de los textos que más me gustó hasta el momento es el de Jelin. Ella hace mención de algunos planteos de Andreas Huyssen sobre la memoria. Y me gustaría rescatar dos de las preguntas que se hace el autor:

    1. De qué manera el Holocausto profundiza u obstaculiza las prácticas y las luchas locales por la memoria. Podría pensarse, por ejemplo, qué se gana y qué se pierde con la comparación del Holocausto argentino. Schmucler dice que llamarla “dictadura militar” supone una pérdida y es la de la sociedad civil. En esa denominación, además, se pierde la idea de que hubo otras dictaduras y de que fue un proceso. En ese sentido, el modo de narrarlo como unicidad es efectivo. Por eso, propone iluminar otro aspecto de la historia y abrir el espectro nombrándolo de otra manera, “dictadura cívico militar”. Como dice Huyssen, no se puede cerrar la brecha semiótica con una única representación porque no hay una sola correcta.

    2. Y si son aún posibles las formas consensuadas de la memoria colectiva. Al exhibir que la historia sólo puede aparecer como totalidad cuando una perspectiva se generaliza, la memoria en tanto operatoria de selección, es consecuentemente un terreno de disputa. Para Huyssen cualquier tipo de memoria global tendrá más bien un carácter prismático y heterogéneo en lugar de ser holística o universal.

    Para el que le interese, aprovecho y agrego un link a una entrevista realizada a Huyssen este año http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-18060-2010-05-24.html

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  7. Estarìa bueno, en caso de que podamos retomar las clases finalmente esta semana, problematizar entre todos aunque sea brevemente estos textos y los de la semana pasada. Son un punto central, creo, para poder enhebrar un registro de observación interesante: el pasado, la memoria- lo que recordamos y lo que olvidamos- son fantasmas que orientaràn nuestros ojos hacia un lado o el otro. Ademàs, la perspectiva que aportan Alice y Norman me parece muy rica para pensar nuestras "políticas de memoria" vernàculas.

    Por otro lado, como bien decìa Daniela por ahì arriba, la objetividad no existe en las ciencias sociales. Y tampoco en ninguna otra ciencia. Incluso los matèmaticos o los mèdicos (por poner un ejemplo) investigan una cosa u otra influenciados por diferentes elementos, desde su espacio social e ideología política hasta las normativas de presupuesto del lugar donde realizen sus trabajos. La ciencia pura nunca ha existido.

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  8. Buenos días a todos. Al igual que Daniela tengo algunas diferencias con respecto al texto de Mendez y la diferencia que realiza con respecto a los conceptos de historia y memoria. Así como caracteriza a la memoria colectiva como perteneciente a un grupo y característica del mismo y, a su vez, como parte del presente, creo que la historia puede considerarse en el mismo sentido. No solo en un nivel macro sino también a nivel de los grupos desde una perspectiva microsociológica si se quiere. A su vez, la historia, como así también la memoria es selectiva, retoma al pasado que vive en un presente y no es único ni homogenia ni únicamente oficial. Por otra parte, su visión de los medios de comunicación de masas me parece por un lado acertada, en el sentido de advertir la mercantilización de la memoria y su expansión a través del sentimiento de nostalgia, aunque por otra parte me parece que su mirada es un tanto apocalíptica donde solo se puede advertir el lado aterrador y negativo de la representación mediática y no la recuperación de los acontecimientos pasados que puede ser un tanto más justa, concientizadora, reparadora, etc.
    Saludos

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